El cesto de mimbre con agua

por | Mar 14, 2025 | Esperanza y Fe

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La simple disposición de escucha de la Palabra, así, sin mayor esfuerzo, es lo que produce el gran Milagro: nos hace querer escuchar y saber más de quién es Dios, de cómo acercarnos a ÉL, aún sin ser siquiera dignos. Cristo, pagó ya el precio de nuestro rescate con su Cuerpo, su Sangre y su Palabra, (Mt 20,28; Mc 10,45; 1Tm 2,6) mismas que son Santificadoras y son Vida. Les comparto a continuación un bello relato al respecto:

“Un discípulo se acercó a su maestro y le preguntó: “Maestro, ¿qué debo hacer para memorizar y entender la Biblia, porque por más esfuerzo que hago, no lo logro?”.

El maestro le ordenó: “Toma aquel sucio cesto de mimbre que está en la mesa, y llena el aljibe de la cocina con agua de la fuente”. El discípulo no entendió, pero obedeció, tomó aquel cesto que estaba muy sucio por dentro y fue hasta la fuente. Llenó el cesto de agua y regresó a la casa de su maestro, pero cuando llegó, el agua se había escapado del cesto de mimbre. Entonces, se sintió frustrado, por lo que se quejó ante su maestro: “Por más esfuerzo que hago, no logro llenar el aljibe, porque el agua se escapa por los agujeros del cesto”.

El maestro le dijo: “Toda la suciedad que había en el cesto, se ha ido junto con el agua que se te escapaba, está perfectamente limpio”; y añadió: “Hijo, no importa si no retienes el agua de la Biblia en el cesto de tu memoria o tu corazón, basta que pase por allí y tu corazón quedará limpio. Esa agua puede purificar la mugre de tu cuerpo y el lodo de tus intenciones. No se trata de que memorices la Biblia, sino que simplemente dejes que la Palabra pase por ti, y quedarás limpio, como este cesto”.

Es así, como al final, experimentamos la verdad de Jesús, nuestro Maestro:

“Ustedes están limpios, gracias a la Palabra que les he dicho.” (Jn 15, 3).”

Colaborador: Rafael Roldán Fukutake, EBES.

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