¡El mundo artístico-religioso de Occidente está ante un feliz re-des-cubrimiento!
Hace apenas pocos años el cristianismo latino ha ido interesándose por «comprender» el arte religioso del Oriente, particularmente el de Bízancio-Constantínopla, el de Grecia y los Balcanes, el de Rusia y los países Eslavos.
Numerosas reproducciones de «Iconos» circulan por todas partes: Iconos de Cristo, de la Madre de Dios, de Ángeles y Santos: además, iconos complicados con escenas inspiradas en las Escrituras, en especial de los Evangelios.
Para muchas personas esas figuras son extrañas y les causan desconcierto; es muy explicable, pues no estamos familiarizados con este arte cristiano muy antiguo, que nos viene del Oriente. Otras personas, dotadas de fina sensibilidad, en esas imágenes casi inmateriales, rebosantes de paz y armonía, intuyen una profunda espiritualidad y perciben grande trascendencia.
El presente libro quiere ser un breve ensayo de iconografía y una introducción simple a la «lectura y comprensión de los santos iconos». ¡Lectura! -decimos- porque «un icono no se ve, sino que se lee». En efecto, el ícono es «teología en imagen» y es «mensaje en colores». Cada figura, cada color, cada elemento tiene un sentido y un significado. Percibir el simbolismo es la clave para comprender los iconos.