
Autor: Claudia Cortes
Desde el 12 de septiembre de 1989, fecha en que nació el Instituto de Pastoral Bíblica-Salvador Carrillo Alday, muchos de nosotros hemos sido testigos de cómo el estudio profundo de la Sagrada Escritura transforma vidas. No como un ejercicio académico, sino como un encuentro vivo con la Palabra que arde en el corazón —como en Pentecostés— y nos impulsa a compartirla con ardor, claridad y amor.
En este mes de la Biblia, queremos volver a las palabras de nuestro fundador, el P. Salvador Carrillo Alday, quien en una entrevista para el semanario “Desde la fe” en septiembre del 2014 nos dejó una enseñanza que sigue resonando como semilla fecunda en nuestra misión evangelizadora.
“¿Cómo voy a entender si nadie me lo explica?”
El P. Carrillo citó el pasaje del eunuco etíope en Hechos 8:30–31, donde Felipe le pregunta si entiende lo que lee, y el eunuco responde:
“¿Y cómo podré, si nadie me guía?”
Con esta imagen, el padre nos recuerda que la Biblia no se puede leer como cualquier otro libro. Requiere fe, humildad y acompañamiento. Así como todos necesitamos cursar primero de primaria, también necesitamos formación espiritual para comprender la Escritura como debe ser.
La Biblia como Palabra viva. Reflexiones del P. Salvador Carrillo en el mes de la Palabra.
En sus palabras:
“La Biblia no es cualquier libro. Es la Palabra de Dios, ciento por ciento, escrita por Dios a través de los autores humanos. Hace bien a todo el mundo. Si alguien se escandaliza, es porque le hace falta preparación.”
Esta afirmación no solo nos interpela, sino que nos compromete. Como egresados y estudiantes del Instituto, sabemos que el estudio bíblico no es un lujo, sino una necesidad pastoral. Cada clase, cada lectura, cada oración compartida nos ha ido formando como semilleros de evangelizadores, capaces de llevar la Palabra con fuego, como lo hicieron los discípulos tras recibir el Espíritu Santo.
Pentecostés como modelo
El Instituto no solo nos ha enseñado a leer la Biblia, sino a vivirla y proclamarla. En cada encuentro, hemos experimentado ese ardor que no se apaga, ese impulso que nos lleva a comunidades, parroquias, grupos y familias con la certeza de que la Palabra transforma.
Un llamado para este mes
En este mes de la Biblia, queremos invitar a todos —estudiantes, catequistas, sacerdotes, laicos comprometidos— a volver a la fuente. A leer la Biblia con fe, a buscar guía, a dejarse interpelar por ella. Como dijo el P. Carrillo:
«Ese tesoro lo hemos encontrado, y queremos seguir compartiéndolo. Que este septiembre sea un nuevo Pentecostés para todos los que buscan comprender, vivir y anunciar la Palabra«.
“Comiencen a leer la Biblia ¡ya!, y descubrirán un tesoro.”
Les comparto este video para encontrar ese tesoro comprendiendo, viviendo y anunciado desde las palabras del P. Carrillo.