QUIERO AMARTE DE VERDAD, JESÚS

por | May 23, 2025 | Catequesis, Esperanza y Fe, Piedad

Entradas recientes

“El que me ama guardará mi palabra, y mi Padre lo amará y vendremos a él y haremos morada en él”. Juan 14,21-26

A veces decimos que amamos a Dios, pero seguimos viviendo como si no estuviera. Lo recordamos cuando hay problemas, o cuando necesitamos algo urgente… pero Jesús quiere algo más profundo una relación real constante, viva.

El nos dice con claridad: “El que me ama guardará mi palabra”.

No se trata de emoción ni de palabras bonitas. Amar a Jesús es vivir lo que Él nos enseñó. Es perdonar, es servir, es callar cuando duele, es dar sin esperar. Y no siempre es fácil pero ahí está la clave: si lo amamos, Él vendrá a vivir con nosotros. No sólo a visitarnos, sino a quedarse. A hacer de nuestro corazón su casa.

Y no nos deja solos para lograrlo. Jesús promete al Espíritu Santo, el Defensor, el que nos enseña y nos recuerda lo que Él nos ha dicho.

El Espíritu está con nosotros. A veces lo olvidamos, pero ahí está cuando perdonamos lo imperdonable, cuando tenemos paz en medio del dolor, cuando encontramos luz en medio de la confusión. Es Él.

“¡Tened el mismo sentir!” Conociendo por experiencia los fatales resultados que se siguen a la desarmonía en el pensar y en el sentir San Pablo invita constantemente a sus comunidades a conservar la unidad: 2Co 13,11; Flp 2,4;4,2: Rm 15,5

El amor es efectivamente el resumen de todos los mandamientos pues quien ama de verdad es incapaz de hacer mal alguno a su prójimo. Aquí Pablo sintetiza lo que había escrito en el himno a la caridad: 1Co 13,4-6

Cuando alguien ama, salda todas sus deudas para con Dios, para el prójimo, y para consigo mismo “El amor” es plenitud que se desborda. Gracias a la caridad, el creyente es perfecto y cumple la ley evangélica: Jn 13,32-35 El amor es la virtud suprema que da vida a todas las demás y gobierna la vida entera 1Co 13. Jesús nos invita hoy a amar de verdad. No con sentimientos sino con decisiones. A dejar espacio en el alma para que Dios viva en nosotros, no sólo de paso, sino para siempre.

Señor Jesús, quiero amarte con hechos, no solo con palabras. Que tu Espíritu Santo me recuerde tus enseñanzas y me dé la fuerza para vivirlas.

Ven a hacer morada en mi y no te vayas nunca.

Colaborador: Martha Cristina Hoyo de Uribe

×