La Revelación: Dios que se comunica con su pueblo

por | Sep 26, 2025 | Doctrina y Fe, Formación Bíblica, Mes de la Biblia | 0 Comentarios

En el Instituto de Pastoral Bíblica Padre Salvador Carrillo Alday (IPB-SCA) celebramos septiembre, Mes de la Biblia, poniendo en el centro un tema fundamental para nuestra fe: la Revelación. La Biblia no es simplemente un libro de historia o literatura, sino el testimonio vivo de un Dios que ha querido salir al encuentro de la humanidad, darse a conocer y establecer con nosotros una relación de amor.

¿Qué es la Revelación?

La Revelación es el acto por el cual Dios se da a conocer a los hombres, mostrándonos su misterio, su voluntad y su proyecto de salvación. No se trata solo de palabras, sino de gestos, acciones y, sobre todo, de una presencia que acompaña la historia humana.

Como enseña el Concilio Vaticano II en la Dei Verbum, la Revelación se realiza con obras y palabras intrínsecamente unidas, de manera que Dios mismo se comunica y se entrega para invitarnos a la comunión con Él.

En este sentido, la Biblia es el lugar privilegiado donde encontramos esa comunicación divina, el testimonio de cómo Dios ha guiado a su pueblo a lo largo de los siglos y cómo culmina esa Revelación en la persona de Jesucristo.

La Revelación en la historia de la salvación

La Biblia nos muestra un proceso:

  • Dios se revela en la creación, manifestando su amor y su sabiduría.
  • Se da a conocer a Abraham y establece con él una alianza, prometiendo una descendencia y una tierra.
  • A través de Moisés y los profetas, guía y corrige al pueblo de Israel, mostrando su fidelidad a pesar de las infidelidades humanas.
  • Finalmente, la Revelación alcanza su plenitud en Jesucristo, Palabra eterna hecha carne, que nos revela el rostro del Padre y nos ofrece el don del Espíritu Santo.

De esta manera, la Revelación no es un acontecimiento aislado ni limitado al pasado, sino una historia continua en la que Dios sigue hablando a cada generación.

La Revelación y la Biblia

En la Sagrada Escritura encontramos la Revelación transmitida por inspiración divina. Como afirma la tradición de la Iglesia, la Biblia es Palabra de Dios en palabras humanas, escrita bajo la acción del Espíritu Santo y confiada a la comunidad creyente.

Esto significa que, al abrir la Biblia, no nos encontramos con un texto muerto, sino con una Palabra viva que sigue interpelando, guiando y transformando nuestra vida hoy. La Revelación que contiene no es solo para ser estudiada, sino también para ser vivida y comunicada.

El carisma del IPB-SCA: vivir la Revelación

En el IPB-SCA acogemos la Revelación como el núcleo de nuestra misión. Nuestro método —leer, orar, estudiar, vivir y comunicar la Palabra— busca que cada persona no solo conozca la Biblia intelectualmente, sino que haga experiencia de un Dios que se comunica y que transforma la existencia.

  • Leer, porque la Revelación se transmite en palabras concretas.
  • Orar, porque solo en diálogo con Dios comprendemos su mensaje.
  • Estudiar, porque la Revelación pide ser comprendida con seriedad y fidelidad.
  • Vivir, porque la Palabra revelada debe hacerse carne en nuestras obras.
  • Comunicar, porque lo que hemos recibido como don no puede quedar guardado.

Así, el estudio bíblico no es solo académico, sino existencial: es responder a un Dios que nos habla y nos invita a la comunión.

Conclusión

En este Mes de la Biblia, recordar el tema de la Revelación es reconocer que nuestra fe no nace de un esfuerzo humano por alcanzar a Dios, sino de la iniciativa amorosa de un Dios que quiere darse a conocer.

Cada vez que abrimos la Biblia, entramos en contacto con esa Revelación viva y actual. Como dice el Salmo:

“El Señor revela sus designios a los que lo temen y les da a conocer su alianza” Sal 25,14.

Que este mes sea una oportunidad para acercarnos con humildad y alegría a la Palabra, y dejar que la Revelación de Dios ilumine nuestro camino personal y comunitario.

El IPB-SCA te invita a celebrar con nosotros este Mes de la Biblia y a profundizar en la riqueza de la Revelación, para que la Palabra siga siendo luz en nuestro sendero y guía en nuestra misión.